domingo, 17 de abril de 2011

Tacto

Dos bocas calcinadas
por el viento embarrado
que las separa,
que las observa, las desgarra
y las amarra en el encanto.

Senderos largos esperando
que un soplido amargo engañe al miedo.
La suerte ignora nuestras manos.
Tus palabras hacen del tiempo
algo que no es eterno.

El viento dobla las miradas
sin secar esa lagrima
que acopla una emocion tras otra.
Sopla fuerte por las venas
y sofoca la ilusion
de las hormonas.

Dos bocas ciegas
que sonrien,
que se mueven como locas
y entre la niebla gris
se desesperan.

Así pasan las horas
viendo como secas las hojas
desde el cielo se desploman
a cada paso describiendo
mi pesimismo.