miércoles, 29 de enero de 2014

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Y así nos pasábamos horas, acribillando nubes con el polen que se desprendía de nuestras cabezas cuando el viento nos mecía sobre esta porción de tierra seca que por momentos es barro rancio de un pantano en algún país verde.
Sobre los sedimentos de esas flores que no se regalan ni se encuentran en jardines ajenos.

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